Nos olvidamos de que el novio existe (no solo para pagar las cuentas), y sin darnos cuenta lo desplazamos de la planificación total de la boda, y luego cuando vemos que ellos no opinan en nada, caemos en la conocida frase que solemos decirles "a ti no te importa la boda por que no te involucras en nada". Pobres, si en todo somos nosotras las que vemos como queremos hacer las cosas y se lo hacemos saber casi en tono de que lo que nosotras queremos en la boda va sin discusión. A ellos no les queda mas remedio que mantenerse calmadamente al margen y por eso siempre nos dirán "elije lo que a ti te guste amor".
Ahora bien, no todos los hombres tienen esa vena creativa para tomar decisiones como los colores de la decoración, el tipo de flores, las telas y esas cosas que para nosotras son de sumo cuidado. Ellos no van mas allá de lo básico, en su mente sólo ven que la en la boda habrá música, bebidas, el pastel y la comida. Así es como ellos definen la fiesta de la boda; todo lo contrario a nosotras que sentimos una enorme necesidad de caracterizar la fiesta por los detalles.
Si lo que quieres es que tu futuro marido participe en las decisiones de la boda, considera no cargarlo de tanta información en un mismo instante. Por lo general, el tema de la decoración de la iglesia o salón no es de su mucho interés. En su lugar, háblale de los proveedores que ya te dieron presupuesto, qué tipo de bebida quiere incluir, que opciones del menú quiere añadir o quitar, pídele que te ayude a escoger la música para la fiesta, hazle saber cuanto dinero han gastado y cuanto tienen a su favor para que las decisiones con respecto al dinero sean mas consideradas por los dos y no sólo por ti. De esta manera el podrá aportar sus ideas y quien quita que en algún aspecto sean mejores que las tuyas.
La solución está en la buena comunicación que puedan tener. Sabemos que las novias fácilmente nos llegamos a convertir en Bridezilla cuando estamos en estrés, y como siempre, descargamos todo sobre ellos. Pero por consideración a tu propia relación, evita a toda costa decir cosas que sientes motivadas por las circunstancias ya que esto hará que su relación se vea gravemente afectada.
Considera también las cosas que a él le interesan. Si el quiere que en la fiesta haya música rock o no ve necesario que haya una torta o algo que a tu parecer esté fuera de lugar, dale el gusto... te estas casando con tu otra mitad, no contigo misma. Todo en la boda debe tener alusión de lo que los define a los dos, tanto como pareja como por sus personalidades.